"Toni Ruiz: El capitán de Mango que navega en aguas turbulentas"
En la élite empresarial catalana existe un grupo muy selecto de veteranos que, a pesar de sus achaques, todavía tienen mucho que ofrecer. Con ironía, se autodenominan VESP (Veterans Empresaris Sobradament Preparats). Estos empresarios, que durante la segunda mitad del siglo XX impulsaron la industria en diversos sectores, ahora son escasos. Recientemente, este grupo ha sufrido la pérdida de dos figuras prominentes: el miércoles falleció Joan Uriach, presidente de honor de la farmacéutica que lleva su nombre, a la edad de 95 años; y antes, el sábado, murió el benjamín del grupo, Isak Andic, fundador y presidente no ejecutivo de Mango, a los 71 años en un trágico accidente de montaña en Montserrat. Ambos empresarios lograron expandir sus negocios y aportaron una visión estratégica forjada en el legado familiar, aunque en un momento oportuno decidieron delegar la gestión en manos de profesionales. En estos días, entre el empresariado catalán se comenta que, a pesar de las notables diferencias en sus circunstancias —en el caso de la farmacéutica, su fallecimiento era esperable y ya se había producido un cambio generacional, mientras que la muerte inesperada de Andic ha dejado a Mango en estado de shock—, hay un punto en común: sin la guía estratégica que ellos representaban, ahora corresponde a esta segunda generación de ejecutivos continuar con el legado y comprometerse plenamente con el negocio, a pesar de no formar parte de la familia fundadora.
En Mango, el encargado de esta tarea es Toni Ruiz, el actual consejero delegado. Y el viernes la empresa de moda zanjó cualquier especulación con un comunicado en el que otorgaba a Ruiz las funciones de presidente de forma interina. Se deja así para más adelante la designación de un presidente del consejo definitivo, a la espera de conocer el testamento de Andic, que presumiblemente legará su 95% de las acciones de Mango a sus tres hijos, Jonathan, Judith y Sarah. “El fallecimiento de Isak Andic no supone un cambio en la estructura de gobierno de la compañía. Mango dispone de los mecanismos adecuados para garantizar una perfecta continuidad del negocio”, señalaba el comunicado.
Los mecanismos adecuados son precisamente los que Andic y Ruiz llevan una década construyendo juntos para profesionalizar la gestión: un consejo de administración, un comité de dirección, un comité ejecutivo y una patrimonial familiar. Cada órgano con sus funciones diferenciadas con el objetivo de que la empresa se lleve cada vez más como si fuese una cotizada -aunque la salida a Bolsa no esté sobre la mesa-, y la familia aprenda el oficio de accionista. Hace un año, precisamente, el consejo de administración se amplió con consejeros externos persiguiendo este objetivo, y también se llevó a cabo algo inaudito: por primera vez el fundador abrió el capital a alguien externo a la familia, dando entrada a Ruiz con un 5% de las acciones.